Roberta Plumari

El LUXXprofile fue para mí una herramienta fundamental: tuve la oportunidad (y yo diría la suerte) de conocerlo durante el curso de coaching y de inmediato me fascinó e intrigó. Más tarde decidí usarlo para hacer un análisis de los roles asignados dentro de mi empresa familiar en la que desempeñábamos roles según nuestras habilidades profesionales, pero sin investigar más sobre nuestras actitudes y factores de motivación. Es por eso que había varios embragues dentro del equipo que no entendía bien la naturaleza y experimenté una desaceleración general. Así que decidí hacer el LUXXprofile yo misma y hacer que todos los miembros de la empresa lo hicieran: Esto nos permitió delinear con bastante precisión los perfiles de cada uno de nosotros y reconfigurar las tareas que nos permitirían dar lo mejor y hacernos sentir motivados y por lo tanto eficientes. Cada uno en su lugar.

En cuanto al conocimiento del instrumento, creo que tiene otras potencialidades que prescinden de la posibilidad de someterse a la prueba. Encuentro muy funcional la idea de poder observar a mis clientes según las categorías sugeridas por el LUXXprofile. Este punto de vista adicional me ayuda cada día en las relaciones que tengo con ellos: al identificar los factores motivacionales que los gratifican o que, por el contrario, los hacen frustrados, consigo una relación más fluida y funcional, evitando caer en posibles enfrentamientos involuntarios. Incluso en la fase de diseño en los primeros encuentros con un cliente, trato de identificar los factores motivacionales preponderantes en su personalidad por las palabras que utiliza, por las características que me pide de la casa y hago lo mismo por los miembros de la familia que la tienen que habitar. En general, para las parejas. Es evidente que en el momento en que una pareja tiene factores motivacionales opuestos, surge la necesidad de conciliar algunos impulsos y valores antes de pasar al diseño de lo contrario será difícil